DARKMOON
THE DRAK SIDE OF THE MOON  
  LA LUZ DEL GOTICO
  CONTACTANOS
  LITERATURA
  NOTICIAS
  PUBLICACIONES
  ENLACES
  FORO
  VIOLENCIA PSICOLOGICA
  IMAGENES CON TEXTOS
  RADIO GOTICO
  GALERIA GOTICA
  LIBRO DE VISITANTES
  LINKS DE MIEMBROS
VIOLENCIA PSICOLOGICA
esperamos te sirva esta nueva seccion
terapia virtual contra la depresion
DARKMOON el 15-09-2007, 23:15 (UTC)
 Terapia virtual contra la depresión
«El mundo de Emma»
Terapia virtual contra la depresión


El equipo de psicólogas del Grupo Previ que cuenta con dos clínicas, una en Valencia y otra en Castelló, ha creado un sistema pionero en el mundo para tratar el trastorno por estrés postraumático, el duelo patológico y diferentes tipo de trastornos adaptativos a través de un programa de terapia virtual que se denomina «El mundo de Emma», en cuyo diseño han participado ingenieros y expertos informáticos de la Universidad Politécnica de Valencia y de la Universitat Jaume I de Castelló.

Pilar G. del Burgo, Valencia
Cuarenta pacientes han sido ya tratados con este nuevo procedimiento, que a grandes rasgos podría equipararse a un videojuego personalizado donde el paciente se sumerge y es sometido a estímulos externos que modulan y canalizan su emoción, como tratamiento de choque frente al trastorno mental. La psicóloga Cristina Botella explicó que con la llegada de las nuevas tecnologías en Psicología se produce un fenómeno similar al que ha ocurrido en Medicina. «Ya no confiamos solo en la palabra, hemos trabajado en la psicología basada en la evidencia y hemos usado la tecnología para que los programas de tratamiento sean más eficaces y eficientes, menos dolorosos y con efectos más rápidos, más duraderos y menos recaídas». En el programa "El mundo de Emma" se recrean entornos más controlados en los que el paciente se siente seguro, guiado, protegido y amparado, relata la psicóloga, que resalta que los actuales programas de tratamiento que manejan, «permiten arropar al usuario mucho más allá».
Manejo de emociones
Botella explica que "Emma" es el manejo de las emociones, regularlas y controlarlas para ayudar a las personas a superar determinadas situaciones y trastornos. «Son entornos emocionales que provocan la emoción y la modifican».
Tras una larga entrevista con el paciente, el equipo del Grupo Previ diseña el tratamiento de terapia virtual que se ajusta al perfil del afectado.
Todo comienza en una habitación donde se encuentra la persona que sufre el trastorno y la psicóloga. En una de las paredes hay una gran pantalla. Un doble click de ratón y aparece un escenario tridimensional con música y diferentes tipos de estímulos. El paciente puede pasar de un jardín de tristeza a una glorieta de alegría. Recuerdos, frases autoreferentes, video clips..., «todo lo que nos ayude a experimentar emociones para tratar un dolor crónico y un estado ansioso y depresivo». La psicóloga señala que los pacientes reconocen que entrar en el mundo virtual a través de imágenes y sentidos les hace sentirse más seguros y tranquilos y que para ellos es más fácil expresar sus emociones, según expresa la psicóloga.
«Imaginaos -dice Botella- a una persona que ha sufrido una violación o un abuso sexual o que no pueda remontar la pérdida de un ser querido..., entonces hay que diseñar un tratamiento que la ayude a soportar y superar la situación». Y ahí, agrega, es donde entra esta nueva herramienta denominada "Emma" que facilita el trabajo psicológico para producir el cambio emocional del paciente, que se enfrenta a situaciones de ansiedad, miedo y temor y que finalmente consigue relajarse. «El mundo de Emma" nos aproxima a sus miedos y nos hace ver que el paciente puede hablar y expresar lo que siente para superarlo, si siente ira, rabia o tristeza también lo va a expresar en el entorno y a nivel de eficacia clínica la persona supera la patología y accede a los recuerdos de una forma más fácil », indica la psicóloga.
El Grupo Previ trabaja, en la actualidad, en la elaboración de un protocolo del dolor.

 

la erida del habandono
DARKMOON el 15-09-2007, 23:13 (UTC)
 LA HERIDA DEL ABANDONO



La herida del abandono se siente más al nivel del “hacer y tener” que en el nivel del “ser” (como es el caso de la herida del rechazo).
Situaciones que pueden despertar la herida del abandono son:
- La madre debe ocuparse de su recién nacido bebé. El otro hijo puede sentirse abandonado.
- Si los padres trabajan todo el día y no tienen tiempo para los niños, pueden sentirse abandonados.
- Si el niño tiene que estar en cama en el hospital sin entender qué le ocurre, puede sentirse abandonado.
- Si el niño de quedarse en casa de su tia durante unas cortas vacaciones, puede sentirse abandonado.
Normalmente la herida del abandono se reaviva con el padre de sexo opuesto. Normalmente quien sufre de abandono también sufre de rechazo (con el padre del mismo sexo). Mientras sigamos estando resentidos con alguno de nuestros padres, tendremos dificultades con las personas del mismo sexo que nuestro padre a quien no hemos perdonado. Para perdonar, no hay nada mejor que comprender que él/ella son también víctimas de sus padres, y que les acusamos de algo que nosotros mismos hacemos a ellos.
Quien sufre de abandono siente que no tiene suficiente alimento afectivo. Para no sentir esa carencia afectiva, se construyen la máscara de la dependencia.
Los dependientes piensan que nunca serán capaces de valerse por sí mismos, y que necesitan a alguien a quien apoyarse. Algunas partes de su cuerpo se muestran flácidas o sin tono muscular, como si no pudieran aguantarse solas. Los dependientes tienden a adoptar el papel de víctima. Atraen problemas para atraer la atención de los demás. Pero la atención de los demás nunca es suficiente para ellos. Sueñan en destacar o tener papeles “estrella” ante grandes audiencias. Su necesidad de atención es insaciable, por eso cuando comen no ganan peso, pues hay en ellos una creencia profunda que dice que “nada es suficiente”.
A los que adoptan el papel de víctima les suele gustar adoptar el papel de salvador. Jugarán el papel de “padre o madre” con sus hermanos o tratarán de salvar alguien a quien aman y que está en dificultades. Hacen para los demás para sentirse importantes, y esperan afecto a cambio. Asumen responsabilidades que no les corresponden, y sufren por los demás, dependiendo su felicidad de la felicidad del otro. Su gran abertura del plexo solar (empatía) no es sana para ellos ni para los demás.
Creen que si logran hacerlo todo bien solos, nadie se ocupará de ellos en el futuro, y para tratar de evitar ese posible aislamiento, buscan alguien con quien sentirse apoyados para realizar sus proyectos.
Los dependientes tienen muchos altos y bajos. Su gran miedo a estar solo es lo que genera esas subidas y bajadas de humor. Pueden aguantar lo inaguantable con una pareja para no sentirse solos. Viven en la esperanza emocional de que en el futuro las cosas pueden cambiar. Tiene problemas con la palabra “dejar”. Si alguien les dice “te tengo que dejar, tengo que irme”, se sentirán heridos. Tienen dificultades en dejar una situación, persona o lugar.
La emoción más intensa que siente un dependiente es la tristeza. Buscan la compañía de los demás para no sentir esa tristeza. Pueden usar el sexo para sentirse próximas a la otra persona.
Tienen miedo de todas las formas de autoridad, pues piensan que alguien autoritario es frio y no va a cuidarse de ellos. Por eso los dependientes son cálidos con los otros.
Temen recibir demasiada atención de los demás, por miedo a sentir emociones demasiado profundas de abandono. Tan pronto la relación se vuelve intensa, buscan una manera de hacer que acabe. Necesitan atención de su pareja, pero no dan al otro lo que le piden. Si el dependiente quiere tomarse un rato para leer a solas, todo está bien. Pero si es la pareja quien decide tomarse un rato para leer a solas, se lo toman como si no fueran importantes para ser tomados en cuenta.
Pueden acusar a Dios de abandonarles en la vida. No se dan cuenta con qué frecuencia ellos mismos decepcionan a los demás, o con qué facilidad abandonan proyectos sin acabar.
Cuando se dan cuenta del problema que trae su dependencia, en lugar de aceptarla, intentan ser independientes. Muchos que tienen la herida del abandono no quieren ver su dependencia, y se creen los más independientes. La autonomía es sana, no la independencia.
 

la erida de la traicion
DARKMOON el 15-09-2007, 23:11 (UTC)
 
LA HERIDA DE LA TRAICION



El alma que encarna para sanar esta herida nace con un padre (del sexo opuesto al suyo) con quien hay una fuerte atracción o lazo de amor, generando un fuerte complejo de Edipo que no se ha resuelto. Eso significa que la dependencia del padre de sexo opuesto es muy fuerte, y en sus relaciones futuras esperarán mucho de su pareja, esperando recibir lo que no recibieron de su padre/madre. En sus relaciones les costará comprometerse por miedo a ser decepcionadas (traicionadas).
De niño/a se sintió traicionada por el padre de sexo opuesto cada vez que ese padre no mantenía su palabra o promesa, o cada vez que no cumplía sus expectativas de “padre ideal”. El niño también se sentía traicionado cada vez que su padre del mismo sexo se sentía traicionado por el padre del sexo opuesto. Una niña podría sentirse traicionada por su padre si sentía que este le daba menos atención cuando nació otro hermanito.
Para no sentir la herida de traición, la personalidad construye la máscara del control. Quieren mostrar al mundo que son gente de confianza, responsables, con palabra, fuertes, importantes.
La traición es tan inaceptable para ellos que son incapaces de reconocer que ellos mismos podrían ser capaces de traicionar a otros (o a sí mismos). Y eso es justamente lo que ocurre, aunque les costará mucho reconocerlo. Si por ejemplo ellos traicionan a alguien no cumpliendo su palabra, encontrarán todo tipo de excusas para justificarse, e incluso pueden mentir (algo inaceptable que hagan los demás). Son muy hábiles en decir a los demás lo que quieren oir, pero pocas veces piensan hacer lo que dicen.
Los controladores tienen fuertes personalidades, son líderes en potencia. Piensan que tienen la razón, intentarán convencerte, y probablemente lo conseguirán. Son de pensamiento y acción rápida, tienen talento pero les falta paciencia y tolerancia hacia los que son más lentos. Cuando las cosas no salen a su manera, pueden volverse agresivos con facilidad, que es una forma de mostrar su “fuerza” y su “control”. En realidad son las personas que tienen más altos y bajos emocionales, y no se dan cuenta que con su actitud volátil hacen que los que les rodean se sientan desorientados y traicionados.
Les gusta tenerlo todo bajo control. Llegan antes a los lugares, les gusta planear el futuro, son muy exigentes con los demás (pero no tanto consigo mismos), y encuentran difícil delegar y confiar en los demás. Cuando ven a alguien del sexo opuesto que no hace nada, le llaman “vago” y encuentran eso como una prueba para no poder “confiar” en esa persona. A los controladores les gusta que todo el mundo sepa lo mucho que ellos han hecho o están haciendo, para sentirse responsables y dignos de confianza.
Les cuesta mucho revelar sus intimidades, por miedo a que sea usado en su contra (desconfianza). Sin embargo, son los primeros en repetir a los demás los rumores de otros, y siempre tendrán “buenas razones” para hacerlo. Les gusta tener siempre la última palabra, les gusta organizar la vida de los demás (es una forma de manipular o controlar al otro). Son personas sensibles pero no muestran su sensibilidad pues están ocupados en mostrar su “fuerza” y su “control”. Tienen que saber un poco de todo pues les cuesta mucho aceptar que pueden no saberlo todo. Si alguien les pregunta algo que no saben, antes que decir “no sé” probablemente se inventarán la respuesta pareciendo que controlan el tema.
Odian sentirse controlados. Tienen problemas con la autoridad, pues piensan que les quieren controlar. No se dan cuenta que normalmente ellos están dando órdenes a los demás y decidiendo por los demás. Les gusta saber qué ocurre en todo momento, y dan su opinión sin que se la pidan. Su reputación es muy importante para ellos. Cuando hablan no se revelarán completamente; sólo hablarán de cosas que realzan su reputación, su confianza y su responsabilidad.
Tienen miedo a admitir sus miedos y a hablar de sus debilidades. Tienen mucho miedo a mostrar su vulnerabilidad, por miedo a que alguien se aproveche de eso y pueda controlarle. No les gustan las sorpresas, pues pueden perder el control. No se dan cuenta con qué frecuencia cambian de pensamiento y toman decisiones de último segundo que sorprenden a los demás.
Son rápidos a llamar a los demás “hipócritas”, pues recelan con facilidad. No se dan cuenta que su actitud muchas veces es manipuladora y de hablar a las espaldas de los demás. Si alguien no confía en ellos - lo cual es normal hasta que no se sane la herida- se sienten traicionados.
El controlador tiene mucho miedo del compromiso. Son seductores (para controlar al otro) pero en el fondo tiene miedo que un fuerte compromiso pueda romperse, y sentirse traicionados. Pueden confiar más si no hay sexo involucrado. Sienten más confianza con los amigos que con la pareja, pues con la pareja el miedo a sentir su herida es mayor. El controlador experimenta más separaciones y roturas que cualquier otra persona. Creen que tener una pareja que esté “delante” o al mismo nivel que ellos sería perder el control y la fuerza. Prefieren apartar esa pareja de su vida para siempre por creer que no es digna de su confianza. Cuando empiezan a dejar de sentir la pasión/romance con la pareja, empiezan a sentirse decepcionadas, y encuentran maneras de hacer que su pareja les deje, y así no serán acusadas de traición.
La causa principal de sus problemas sexuales tiene que ver con el vínculo que crearon con el padre de sexo opuesto, a quien idealizaron tanto que ninguna pareja puede cumplir sus expectativas. Pueden incluso renunciar al gozo sexual, y siempre encuentran una buena forma de justificar su decisión.
Si tienes esta herida es importante que te des cuenta que tu padre de sexo opuesto con quien tu herida se activa, ha sufrido y sufre probablemente todavía la misma herida con su padre del sexo opuesto.
Normalmente quien tiene la traición como herida, tiene la herida del abandono. Por no querer aceptar su dependencia afectiva (con el padre de sexo opuesto) desarrollan la coraza y la máscara de control que les impida ver su herida de abandono.

 

estrutura perversa
DARKMOON el 15-09-2007, 22:44 (UTC)
 ESTRUCTURA PERVERSA
De la Sentencia: “la perversión es el negativo de la neurosis”
Por: Marco A. Villa Alarcón
Alumno de 7mo. Semestre de Clínica, Facultad de Psicología, UAQ
E- mail: marcdvil@hotmail.com
Perverso Polimorfo / Estructura Perversa
De verdad que esta cita que en primer momento suena tan categórica no es en esencia sino más que una gran interrogante: ¿En qué sentido debemos pensar a la perversión como negativo de la neurosis?
Se podría deducir que en el de la represión, es decir el neurótico reprime mociones pulsionales y el perverso no, pero no avanzamos gran trecho por ahí, de inmediato surgen más preguntas como “entonces el perverso ¿no tiene inconsciente?”, y si por osado que pareciera aceptáramos la sentencia, surgirían pruebas en lo fenomenológico que la contrariarían con suma contundencia, como el hecho de que cualquier homosexual sueña, o la situación de que el fetichista que escoge la posibilidad del fetiche precisamente porque reniega contra la madre castrada no tiene noticia alguna en lo consciente de su necesidad de que exista el pene de la madre.
Estas ejemplificaciones que parecen más bien caricaturas y causarían la risa de no pocos enterados del tema, no son sino las consecuencias de pensar al perverso estructurado como uno carente de represión, lo que tampoco detiene, dicho sea de paso, a no pocos enterados del tema a pensarlo así. Pero pese a esto en algo se tiene que distanciar lo perverso de lo neurótico en cuanto a estructuras.
Un campo que aparentaba una fecunda fuente de investigación sobre esta pregunta era el que se abría en la sexualidad siempre infantil de los tres ensayos de teoría sexual, en especial en el hecho de que el niño freudiano es uno perverso polimorfo, que daba la posibilidad de entender al perverso como alguien detenido en lo infantil, separado de la neurosis por el proceso de represión, es decir un ser humano que sin importar su edad cronológica no es más que un niño psíquico. Pero Freud, en la conferencia 23 nos deja claro que eso es infantilismo sexual no perversión: “La sexualidad perversa está, por regla general, notablemente centrada; todas las acciones presionan hacia una meta - casi siempre única- y una pulsión parcial tiene la primacía: o bien es la única pesquisable o bien ha sometido a las otras a sus propósitos. En este sentido, no hay entre la sexualidad perversa y la normal más diferencia que la diversidad de las pulsiones parciales dominantes (...) En cambio, la sexualidad infantil carece, globalmente considerada, de semejante centramiento y organización; sus diversas pulsiones parciales tienen iguales derechos (...) Por lo demás, también hay casos de sexualidad perversa que presentan una semejanza mucho mayor con la infantil: son aquellos en que numerosas pulsiones parciales han impuesto sus metas o, mejor, han persistido en ellas con independencia unas de otras. En tales casos es más correcto hablar de infantilismo de la vida sexual que de perversión.”[1]-[2]
Esta es la opinión más clara de Freud entre la estructura perversa y lo perverso polimorfo infantil. Sin embargo nos muestra que este campo de búsqueda para una distinción entre lo perverso y lo neurótico no es el correcto pues lo citado anteriormente en lugar de dar pauta a un alejamiento entre estas, va a unirlas más a favor de un distanciamiento de ambas con lo infantil, es decir lo esencial de lo infantil, no es lo perverso sino lo polimorfo, la anarquía y desorganización en el accionar de la pulsión, este estado de “tierra de nadie” pulsional, y en ese sentido tanto la neurosis como la perversión quedan equidistantemente separadas de lo perverso polimorfo del infantilismo sexual, es decir la perversión estructurada nunca está más cerca (o más lejos) de la perversión polimorfa que la neurosis misma. Dado que la fuente de distanciamiento entre neurosis y perversión no ha de ser encontrada en lo infantil, volvamos a la distinción más tajante que hizo Freud: “la neurosis es, por así decir, el negativo de la perversión”[3], de la cual se ha abierto todo un campo psicoanalítico, el de lo negativo, tratemos entonces, si la perversión es el negativo de la neurosis, entender qué de negativo hay en cada estructura.
El Negativo
En el artículo sobre la Denegación[4] (1925) de Freud, se muestra la negación como un mecanismo defensivo que sirve a la censura y a la represión, es decir que entra francamente en la confección de la mentira que estructura al ser como neurótico (mentira neurótica). En opinión de Freud “un contenido de representación o de pensamiento reprimido puede irrumpir en la conciencia a condición de que se deje negar. La negación es un modo de tomar noticia de lo reprimido; en verdad, es ya una cancelación de la represión, aunque no, claro está, una aceptación de lo reprimido.”[5]
Esta “cancelación” de la represión de la que Freud habla, no podría ser sino una parcial, en el sentido de que, si bien tenemos en cuenta el proceso de negación y suprimimos el “no” de la oración, la representación que de otro modo sería inconsciente se crea un espacio en la conciencia pero sólo en términos de su aceptación intelectual, ya que para la negación como forma del inconsciente es condición un desplazamiento del afecto que abandonará en lo consciente a la representación que le era concomitante, es decir este saber en nada influye a la posterior dinámica de la representación aunada con su afecto, en el sentido de una elaboración psíquica. Cuando Freud en el mismo artículo menciona que “el juicio adverso (el negativo) {Verurteilung} es el sustituto intelectual de la represión”[6] presenta dos objetivos en la función intelectual del juicio, sea afirmar o negar, lo que es rechazar o aceptar, que tiene su origen pulsional en el introducir o expulsar según lo vívido con placer o displacer en la oralidad, y el segundo objetivo queda como la constatación de la existencia en la realidad de los objetos del yo, es decir un tanteo de la posibilidad de que el yo se reencuentre con sus objetos.
La segunda función del juicio, la que parte del yo – realidad, para diferenciar entre la permanencia (disponibilidad) de un objeto en la realidad, no es más que el tanteo del yo por la posibilidad de un reencuentro con el objeto. Puesto que las representaciones son repeticiones, por así decirlo de lo ya percibido, es preciso indicar que la diferenciación entre objetivo y subjetivo sólo se manifiesta después del primer encuentro con el objeto dado que por una parte la representación puede evocarse con independencia de la presencia – ausencia del objeto del cual se impronta, y por otra “No siempre, al reproducirse la percepción en la representación, se la repite con fidelidad; puede resultar modificada por omisiones, alterada por contaminaciones de diferentes elementos. El examen de realidad tiene que controlar entonces el alcance de tales desfiguraciones.”[7] Aquí hay ya un pequeño atisbo de lo que podríamos discernir como propio del mecanismo perverso, dejando a la represión a un lado que nos sitúa en medio de la clásica pugna dinámica intertópica (inconsciente – consciente / Ello – Yo), para poner énfasis en el examen de la realidad que es un proceso ubicado centralmente en el yo realidad. Salir de los linderos de la compulsión por el principio de placer implica el abandono de la represión por la censura, y es este el caso precisamente de lo intelectual: “la operación de la función del juicio se posibilita únicamente por esta vía: que la creación del símbolo de la negación haya permitido al pensar un primer grado de independencia respecto de las consecuencias de la represión y, por tanto, de la compulsión del principio de placer.[8]” Podríamos decir entonces que el juicio no tiene compromisos con el ello sino a través de los intereses inherentes al yo.
La Desmentida en Psicoanálisis
Es hasta 1927 en el artículo sobre “El Fetichismo” que Freud diferencia de la represión, un proceso que siéndole en algo similar, proviene básicamente de la falla producida por una alteración del yo en pos de la protección del narcisismo que puede ser afrentado por la posibilidad de castración y es introducida así die Verleugnung[9], que se diferenciaría en este plano de la represión por ser el mecanismo que se presenta para la representación sin afecto (por lo que el afecto sí permanecería reprimido, o mejor dicho descentrado de su representación originaria), desmentir la realidad implica recomponerla a través de los procesos de pensamiento inherentes únicamente al yo, Freud tiene su primer encuentro con la verleugnung cuando en la clínica observa este rodeo que el pequeño varón hace de la realidad cuando una de sus primeras teorías infantiles (sobre la indiferencia anatómica de los cuerpos) es atacada por la realidad, ejemplos de esto sobran en la casuística freudiana, ver por ejemplo el caso “Hans” o del “hombre de los lobos”, Freud deja muy en claro que esto no es negación (no se puede negar lo que no existe, como sería el pene de la madre), sino desmentida, más adelante en uno de sus últimos trabajos, en el séptimo capítulo del “Esquema de Psicoanálisis” (1940) va a ahondar en la distinción represión – desmentida, donde la represión sería la embestida de la defensa contra una moción pulsional (proveniente del interior) y la desmentida una alteración del yo que surge como respuesta ante ciertas partes de las percepciones (externas).
¿Por qué se señala la desmentida como una alteración del yo?, En primera parte porque lo que se desmiente proviene del exterior y es una de las funciones exclusivas del yo la de la percepción (al igual que el de las desfiguraciones cometidas contra ella) y en después porque la segunda función del juicio intelectual es la de contrastar la existencia de los objetos del yo con su permanencia en la realidad, esto a todas miras para tantear las posibilidades de un reencuentro con el objeto (que para estar en el yo, tuvo por fuerza que habitar la realidad en un primer encuentro), Freud argumenta en el mismo artículo que fue necesaria para que la segunda función del juicio se creara, la previa pérdida de un objeto.
Tenemos pues hasta este punto tres elementos importantes, desmentida (en contraste a represión), realidad (campo operatorio del yo, en detrimento de la realidad psíquica) y pérdida de un objeto. Para iniciarnos en la práctica de algunas conjeturas de peso, interpolemos pues lo que hemos desprendido hasta aquí de lo negativo con la segunda teoría de la angustia, lo que nos da pie es precisamente la pérdida del objeto, que la segunda función del juicio intelectual implica.
La angustia, es siempre angustia de castración, al menos en el sentido amplio de castración (pérdida, separación, del pene en el sentido estricto), Freud para 1926, un poco antes, ya establece una diferenciación entre el ataque de angustia y la angustia señal, la angustia señal es un apronte, un amague presentado para la preparación del aparato psíquico ante una posible vivencia de peligro, pero al mismo tiempo proviene de un modelo ya registrado en lo psíquico; “el primer gran ataque de angustia”, es el del nacimiento, que quedará como arquetipo ya de los ataques de angustia posteriores, ya de las pequeñas descargas del apronte angustioso.
Como vimos la angustia señal se presenta como preparación ante el peligro, que fue conceptualizado por Freud en el mismo artículo como: la incapacidad del yo para reaccionar ante la exigencia pulsional o la de la realidad.
También el peligro cuenta con una experiencia primordial que determina las subsiguientes, atravesada también por la pérdida del objeto que nos liga con la función de juicio: la fobia a los extraños es común en el niño que por experiencia sabe que la madre cumple con la satisfacción de todas sus necesidades y por ello le depara amor, cuando siente la cercanía de alguna persona genera la añoranza de ver a la madre, entonces voltea el rostro y si lo que de pronto descubre es un extraño, toda la libido preparada para el recibimiento a la mamá no encontrará forma de abreacción (aun no cuanta con represión secundaria como el adulto), es decir el yo (incipiente) se enfrenta contra una situación de peligro y como sabemos que la manera en que el yo (almácigo de la angustia) reacciona ante el peligro es generando angustia, el pequeño desarrollará un ataque, que pese a circunscribirse en miedo por el extraño, proviene no del extraño en sí, sino de la condición de no – ser – la – madre que el extraño representa. Hablar de angustia es entonces, hablar de pérdida, y de pérdida a su vez de castración, la cadena es simple, nacimiento (pérdida de la unidad con la madre), advenimiento del padre (pérdida del ser falo), complejo de Édipo (pérdida de la madre como objeto de amor), complejo de castración (pérdida de la representación del pene), duelo (pérdida de objeto de amor secundario), es el camino prototípico de la angustia, que además vuelve a unirse con la perversión, en cuanto a la desmentida, a través del vínculo común que ambos guardan con la realidad.
La angustia es siempre real concluye, pues la manera en que se genera angustia siempre tiene como miramiento último la realidad, si el peligro proviene del exterior el apronte de angustia prepara para la huida o el contraataque, si el peligro es interno, es decir el displacer generado por el cumplimiento de la pulsión, se tiene que tener en cuenta que la pulsión siempre tiene como meta el placer, lo que la vuelve displacentera y por lo mismo una posibilidad de peligro para el yo, son solamente las consecuencias displacenteras que conllevaría para el aparato psíquico la plena manifestación de la pulsión en la realidad. En este punto a través de la castración podemos atar con lazo firme a la desmentida con la angustia y a través de esta, situarnos únicamente en el campo del yo, ya se dijo por una parte que la distinción entre represión y desmentida es no tanto “el qué se hace” sino “el con qué”, la represión se ocupará de tramitar lo afectivo de las representaciones[10] y del contenido cualitativo de éstas se encargará la desmentida.
La desmentida es pues, siempre una desmentida de la castración, el negativo de lo negativo (- x - = +), si la realidad presenta un menos (pene), la desmentida está encargada de añadir un negativo más a la multiplicación (- percepción), no percibir la ausencia deja siempre intacta la posibilidad de la presencia, y en esta presencia a lo largo del desarrollo libidinal y en especial de la fase fálica, se juega toda la tranquilidad del narcisismo primario, “sí mamá o mi hermana, no tienen pene, es posible que yo también lo pierda” y pese a toda la evidencia que constataría un hecho tan lamentable, el yo prefiere bajo ciertas circunstancias alterar su conformación en el plano de la escisión (donde la perversión se aleja de la neurosis para empalmarse ahora con la psicosis[11]), porque el hecho de que el yo no haga consciente la percepción en bruto, no significa que no la haya percibido como tal antes de maquillarla para la consciencia, con previa desmentida. Nos encontramos de cara con un nuevo problema, es evidente que la angustia y la desmentida son alteraciones del yo, pero son alternativas, la desmentida se presenta para renegar contra la castración que genera angustia, es decir protege al yo de la afrenta narcisista, pero se presenta bajo las mismas circunstancias en las que la angustia se presentaría, las situaciones de peligro. Quedará para una posterior investigación descubrir cuáles son las condiciones en el campo de la castración – narcisismo que hacen discernir la actividad del yo entre la angustia que se genera en el neurótico al aceptar su castración, o la negación de la negación (re-negación) de la realidad que efectúa el yo del perverso estructurado para desmentirla
 

deja de ser victima
DARKMOON el 15-09-2007, 22:42 (UTC)
 DEJAR DE SER VÍCTIMA

Por supuesto que no nos volvemos dependientes de pronto, pues se necesita toda una vida en la que enseñamos a la gente a dominarnos y a tratarnos como si ellos se lo merecieran todo y nosotros no merecieramos nada.
Muchas personas escogen voluntariamente ser dependientes, porque esto les trae ciertas conveniencias, lo que llamamos ganancias enfermas. Así no somos responsables de nuestro propio comportamiento y podemos echarle la culpa a otros; no tenemos que correr el riesgo de decidir o cambiar, pues es más fácil ser seguidor que líder.
Se ha descubierto que el dependiente escoge serlo, pero acumula mucho enojo, resentimientos contra la persona que depende.El enojo acumulado, además de que incapacita o paraliza a la persona cuando no se llenan sus expectativas, no sólo la debilita emocionalmente, sino a veces también a una debilidad física, resultado de la tremenda frustración que vive. De aquí provienen muchas úlceras, fatiga, insomnio, hipertensión, estrés, depresión, etc.
El enojo reprimido parece no existir, pero ahí está agazapado detrás de una cara indiferente o una sonrisa estudiada. La negación del resentimiento es un alimento para la depresión.
El enojo y el resentimiento pueden estar guardados por años, quizá hasta parezca que han desaparecido; pero señales de que existen dan la voz de alarma, tales como sentimientos de desilusión y sensación de ser dejados a un lado, subidas y bajadas de peso sin razón aparente, dolores y enfermedades crónicas, evasión de relaciones con parientes y amigos, sensación de pérdida, etc.
Lo peor de todo es que sólo existen esos sentimientos negativos, sino que los sentimientos positivos como el gozo y el amor, son aplastados por los primeros. El enojo hace que el compartir la intimidad y el abrirnos se vuelvan cada vez más difíciles. Nos torna solitarios, extraños, rechazantes, desconfiados y resentidos.
El enojo necesita un enemigo y , a menos que definamos quién o qué es el enemigo, pelearemos en contra de alguien o de algo, sea o no el causante de nuestro enojo; y si esto no se soluciona, llegaremos a sentir que el mundo entero es nuestro enemigo y viviremos en un constante estado de defensa-ataque.
Las características de la obsesión a estar atado son: posesión, falta de respeto al otro, control, manipulación en la persona que controla y enojo, desamor y bloqueo emocional en la persona controlada.
Los frutos que produce esta conducta son muy negativos en la persona que es controlada: rebeldía, rechazo, enojo y culpa; resentimiento y confusión en la persona que controla.
Cuando nos volvemos demasiado dependientes, perdemos la capacidad de pararnos sobre nuestros propios pies y prescindir de la ayuda de los demás y, por ende, disminuye nuestra autonomía y libertad.
Para recuperarnos necesitamos el desprendimiento. El desprendimiento no es: un alejamiento frío, hostil, no es una aceptación resignada y desesperada de todo lo que la vida nos tira, no es vivir como robot, no es desatendernos de nuestras verdaderas responsabilidades.
Desprendernos no quiere decir que nada nos importe. Significa que aprendemos a amar, a preocuparnos y a involucrarnos sin volvernos locos. Cuando no nos hallamos reaccionando de un modo ansioso y compulsivo, nos volvemos capacer de tomar buenas decisiones acerca de cómo amar a la gente y de cómo solucionar nuestros problemas. Nos liberamos para comprometernos y para amar de modo que podamos ayudar a los demás sin lastimarnos a nosotros mismos.
En el desprendimiento hay mucho amor y respeto; respeto a tu capacidad de crecer, respeto a tu capacidad de manejar los problemas, respeto al modo como quieres vivir tu vida, y amor, amor a tu única individualidad, amor a la esencia del ser que eres.
El desprendimiento se basa en las premisas de que cada persona es responsable de sí mismo, de que no podemos resolver problemas que no nos corresponde solucionar y que preocuparnos no sirve de nada. Cambiamos la energía hacia nosotros mismos: Dejamos de meter la mano en responsabilidades de otros y empezamos a atender nuestras responsabilidades, explorar nuestros sentimientos, satisfacer nuestras necesidades y luchar por nuestros derechos teniendo límites claros.
Es el Primer Paso, hacia nuestra desvictimización, dejamos de ser víctimas de otros, de nosotros mismos, de nuestra historia personal, de la vida. Nos hace ver nuestra impotencia ante lo que no podemos controlar, para que recuperemos nuestro poder.
Vivimos nuestra vida al máximo, pidiendo a nuestro Poder Superior que nos dé la serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, valor para cambiar las que si podemos y sabiduría para discernir la diferencia. Y empezamos a madurar emocionalmente.
La madurez consiste en “pasar del apoyo ambiental, al autoapoyo”. Nuestro desarrollo continuo depende de la capacidad que tengamos para ser independientes y de la habilidad con que usemos esta independencia para buscar en nuestro medio el apoyo que requerimos. Es necesario que exista un equilibrio entre nuestra capacidad para ser independientes y nuestra habilidad para pedir y aceptar el apoyo de los demás. El hecho de situarnos entre estos estados, nos proporciona una máxima libertad para decidir, por lo que somos responsables de elegir la fuente de nuestro apoyo, sea interna o externa.
 

violencia psicologica
DARKMOON el 02-09-2007, 06:51 (UTC)
 Violencia Psicológica

El proceso de manipulación se divide en cuatro fases:
1. la seducción o la influencia.
2. el apilamiento, quién corresponde a la repetición de pequeños actos de agresión, al parecer anodinos tomados separadamente pero que se destinan a la
desestabilización de la víctima.
3. las falsas promesas.
4. la destrucción que se acentúa a medida de la relación, para llegar a alcanzar un paroxismo dado la reacción de la víctima.
Estas cuatro fases pueden resumirse en el tiempo; las etapas dos y tres van a menudo juntas: las falsas promesas que hacen creer al rescate, o a un cambio que no tendrá nunca lugar, pero permiten reajustar la influencia para proseguir mejor la destrucción de su víctima.
Es la frecuencia y la repetición en el tiempo de las agresiones que hacen el proceso perverso destructivo.
Su planteamiento los vinculó de muy cerca con los dirigentes de sectas, son dictadores en potencia, quiénes imponen su tiranía a un círculo limitado de personas.

Las consecuencias
Las consecuencias para las víctimas es que están en estado de tensión permanente debido a la tensión causada por el esfuerzo de oferta: los efectos serán de carácter psíquico: cansancio intelectual, incapacidad que debe reflexionarse, a formular, nerviosismo, irritabilidad, desordenes del sueño, pérdida de confianza; pero también de carácter físico: males de cabeza, enfermedades de la piel, desordenes digestivos, pequeños problemas que pueden llegar hasta más graves enfermedades

Cuando de la duda, las víctimas pasan a la toma de conciencia, se sienten flouées, equivocadas, abusadas, no respetadas, pierden incluso el aprecio ellas y su dignidad; entran en la culpabilidad, la vergüenza, ¡y el miedo! Se sienten mal en su piel, incomprendido, pues aislado, muy culpable sin saber porqué, ¡se vuelven frágiles y vulnerables! Tienen a menudo la impresión de hundirse en la locura, pueden sentir a su personalidad estallada; la víctima puede también hasta devolver la violencia suscitada por su verdugo contra ella, ¡el suicidio como fuga suprema!

Algunos consejos
Sólo hay dos soluciones frente a un perverso
narcisista.

La primera: permanecer y someterse.
Aceptar la soberanía teniendo conciencia de ir, más o menos a corto plazo, hacia la destrucción. Por supuesto, pueden si las víctimas tienen la fuerza y el valor necesario establecer técnicas de contra manipulación tales como se preconizan por la Sra. Nazare-aga:
Hacer el luto de una comunicación ideal.
Establecer una comunicación borrosa y superficial que consiste en no comprometerse
Estas técnicas permiten desactivar la crisis y a veces atrapar al agresor. No se trata de pasar a ser manipulador a su vez; contra manipular consiste en adaptarse a cada momento al manipulador para
protegerse, es agotador, y puede implicar desordenes psicosomáticos como respuestas a la agresión.
El segundo, el más razonable: ir y liberarse.
Es muy difícil, ya que eso no puede hacerse sino en el dolor y la culpabilidad, sabiendo que el verdugo nunca abandona a su víctima sin reaccionar. Pero es el único medio de curar, encontrarse, saliendo de la trampa y denunciando.

Luchar
Cuando la víctima decide combatir, entra en guerra: debe abandonar su ideal de tolerancia, admitir que su adversario presenta un desorden del comportamiento
peligroso para ella y los suyos; no es necesario buscar más explicaciones a toda costa, ni tener que justificarse sin tener necesidad, tampoco es acorralar el otro a agresiones cada vez más destructivas.
Es necesario resistir psicológicamente, allí podemos intervenir con grupos de apoyo y nuestra escucha.
Es necesario hacer intervenir la justicia. Su caso no se parece a ningún otro caso, tendrá que luchar contra la incomprensión, incluso las de los magistrados, sabe rodear, estén vigilantes y atentos, pues se trata nada menos que del éxito de su pleito.
No tienen nada que esperar de su adversario, (un individuo perverso es constantemente perverso, es fijado en este método de relación en otro y no se cuestiona en
ningún momento *).
Ningún compromiso es posible, deben convertirse en atacante, actuar, hablar, salir del aislamiento. Como lo preconiza la Sra. Hirigoyen, sería necesario obtener resoluciones jurídicas rígidas que
prohíben todo contacto entre las dos partes; lo que en los EE.UU y el Canadá llaman "protectivos orders" o "p
saltos", son medidas de protección por las que se obliga al acosador a un código de buena conducta, hasta puede verse llegar a prohibir todo contacto con la víctima y su familia, y verse obligada a permanecer a una determinada distancia de su casa, su lugar de trabajo o su escuela.
Por el momento no podemos sino sugerir estas medidas como consejo, un día tendremos las mismas posibilidades de defensa y de reconocimiento del perjuicio. Mientras tanto debéis continuar luchando.
 

<- Volver  1  2 

Siguiente->

ENCUESTA  
 

¿Que opina sobre esta página?
malo 0%
regular 0%
bueno 0%
muy bueno 0%
0 Votos totales


 
Hoy habia 1 visitantes (1 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis